No tengo certezas
ni tampoco dudas
en el vasto océano del tiempo
nada es lo que aparenta
y todo es lo que parece.
Me sumerjo en las profundidades
para encontrar respuestas, algún indicio,
algo que me haga creer, algo que me haga
descansar en la esperanza efímera
de promesas antiguas que aún resuenan
en la memoria del tiempo.
Escuchando de vez en cuando
en el momento oportuno
la voz inquieta del alma en pena
el lenguaje universal del que ahora
solo quedan fragmentos
tal como petroglifos toca descifrar
y componer una hermosa melodía
que entone versos de amor y melancolía
entre los cuales su nombre sea
la tonada constante
que inmortalicen su recuerdo
en los senderos del misterioso destino que calla
solo para él los designios del tiempo.
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